martes, 3 de junio de 2008

GALILEO GALILEI

Su búsqueda de la objetividad en el conocimiento de la naturaleza le llevará a rechazar los procedimientos escolásticos inspirados fundamentalmente en Aristóteles. Galileo está convencido de que el conocimiento de la naturaleza es posible pero, que al estar escrito en un lenguaje matemático, requiere del conocimiento de dicha ciencia para ser interpretado así como de su aplicación correcta al ámbito del conocimiento. Es necesario recurrir a la experiencia para contrastar las hipótesis matemáticas que se formulan sobre la realidad, por lo que el carácter de su método es hipotético-deductivo.
Afirmó que "el Sol era real y verdaderamente el centro del mundo; y que, real y verdaderamente, la Tierra no lo era; que el Sol, en realidad de verdad, no se movía ni con movimiento local; mientras que, en realidad de verdad, la Tierra se movía toda ella, y aún todos los días con el movimiento diurno". La seguridad galileana para atribuir valor de verdad a una hipótesis fue provocada por la confianza de que a través de la razón propia se podía dar cuenta del cosmos.
Galileo choca con Aristóteles al afirmar que lo físico se manifiesta en un lugar, en un plano horizontal e infinito. Condiciones que rompen con la división sublunar y supralunar del universo, eliminan la primacía de categorías como la esfera, el círculo y la circunferencia, y anulan las cualidades que hacían a los cuerpos; graves o leves. Así, para Galileo lo real ocurre en el plano-horizontal-infinito.
La categoría de espacio cambia rotundamente en Galileo, toma un aspecto unitario y no individual (lugares), "recobra su aspecto de realidad unitaria, independiente de los cuerpos; y correlativamente los lugares, tomados en plural, formarán una multitud inconsistente, semejante a las figuras que se escriben en el agua...Lugar será nada más delimitación arbitraria e inconsistente de "el" Espacio". Este cambio también es resentido por la categoría de tiempo.
Un nuevo concepto aparece en Galileo, experimentar; "ver que resulta cuando se coge a las cosas desprevenidas, fuera de su curso normal, forzándolas por un conjunto de circunstancias fijadas por nosotros a que se manifiesten como fuerzas, es decir, como desvinculadas del natural curso de las cosas". Cabe agregar que el experimentar requiere una construcción de instrumentos que nos permitan una "vista de mente" para lo real.
El fracaso de los métodos silogísticos, el fracaso de la física aristotélica, hacen necesario un nuevo método para interpretar la realidad. Ello supone la confianza en la razón que ha ido ganando su autonomía en el paso del siglo XVI al XVII. El nuevo método además ha de tener capacidad para descubrir.
Creó el concepto de la aceleración que se usa en la física moderna (la aceleración es el incremento de la velocidad por unidad de tiempo) y el concepto moderno de la fricción y la inercia con respecto a los objetos en movimiento. Analizó los componentes de la fuerza, demostrando, por ejemplo, que las fuerzas que afectan a la trayectoria de una bala son hacia abajo y hacia adelante, de tal manera que pueden medirse sistemáticamente. Estos experimentos iniciados antes del 1590, fueron perfeccionados y publicados en 1638 en su obra Diálogos sobre dos nuevas ciencias (movimiento y mecánica).
Cuando Galileo volvió su telescopio hacia el cielo, por la noche, abrió nuevos campos de conocimiento que describió en su libro Mensajero de las estrellas. En el dice : "Doy gracias a Dios, que ha tenido a bien hacerme el primero en observar las maravillas ocultas a los siglos pasados. Me he cerciorado de que la Luna es un cuerpo semejante a la Tierra...He contemplado una multitud de estrellas fijas que nunca antes se observaron....Pero la mayor maravilla de todas ellas es el descubrimiento de cuatro nuevos planetas (cuatro satélites de Júpiter)...He observado que se mueven alrededor del Sol".

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